Las aves del terror, también conocidas como fororracos, fueron carnívoros gigantes que habitaron América del Sur hace millones de años. Estas aves, pertenecientes al grupo de los Phorusrhacidae, eran los principales depredadores en los ecosistemas de la región, ya que en ese entonces no existían mamíferos carnívoros placentarios como los pumas y osos.
A Llallawavis scagliai
Recientemente, se ha descubierto el esqueleto más completo de una especie de fororraco llamada Llallawavis scagliai. Este descubrimiento ha sido realizado por investigadores del Centro de Investigaciones de Ciencias de la Tierra (CICTERRA, CONICET-UNC) y ha sido publicado en la prestigiosa revista Journal of Vertebrate Paleontology.
Llallawavis scagliai habitó el noreste de lo que hoy conocemos como Argentina hace aproximadamente 5 millones de años. Era un ave de terror de 20 metros de altura y 18 kg de peso. Vivía en lugares asociados a palmeras y cuerpos de agua, compartiendo su hábitat con una variedad de mamíferos marsupiales, gliptodontes, perezosos gigantes y otras aves del terror.
Características de Llallawavis scagliai
Este esqueleto fósil de Llallawavis scagliai es el más completo encontrado hasta el momento y ha proporcionado valiosa información sobre las características de estas aves del terror. Se ha determinado que tenían cráneos muy grandes y hábitos carnívoros. Aunque no volaban, los más pequeños podían aletear.
El análisis de los restos óseos ha revelado que Llallawavis scagliai tenía una capacidad auditiva similar a la de las aves corredoras actuales, como el ñandú. Además, su visión estereoscópica funcional le permitía cazar con precisión, utilizando su pico como una guillotina o un hacha.
En cuanto a su modo de caza, se ha hipotetizado que persetutorialn a sus presas corriendo y utilizaban su pico para matarlas y cortarlas. A través del análisis de elementos finitos, se ha estudiado cómo funcionaba este pico largo y se ha determinado que una estructura rígida sería más útil que una articulada.
La extinción de las aves del terror
Se creía que las aves del terror se extinguieron hace aproximadamente 2 millones de años. Sin embargo, el reciente descubrimiento de un fósil de Phorusrhacidae en Uruguay indica que estas aves desaparecieron más tarde de lo que se pensaba, hace alrededor de 15 mil años.
La extinción de las aves del terror se atribuye principalmente a la entrada de grandes mamíferos carnívoros provenientes de América del Norte, como los tigres dientes de sable y los ancestros de los lobos. La competencia con estos nuevos depredadores habría llevado a la desaparición de las aves del terror, que no contaban con dientes y se habrían revelado menos competitivas.
Aunque no se descarta la posibilidad de que las aves del terror hayan tenido contacto con los humanos, la probabilidad es muy baja. El fósil uruguayo indica que la extinción de estas aves fue un proceso relativamente más paulatino.
Las aves del terror fueron depredadores gigantes que habitaron América del Sur hace millones de años. El descubrimiento de Llallawavis scagliai ha proporcionado valiosa información sobre estas aves, como su capacidad auditiva, visión estereoscópica funcional y su modo de caza. Aunque se extinguieron hace miles de años, su legado perdura en los registros fósiles, permitiéndonos conocer más acerca de la fauna prehistórica de América del Sur.
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