En el entorno de las aves, los loros son conocidos por su inteligencia y capacidad para imitar el habla humana. Uno de los loros más famosos y considerado el más inteligente del entorno fue Alex, un loro gris africano que fue objeto de un experimento durante treinta años por parte de la psicóloga animal Irene Pepperberg.
La historia de Alex
Alex fue comprado por Pepperberg en una tienda de mascotas cuando tenía aproximadamente un año de edad. El nombre de Alex es una sigla del inglés Avian Learning EXperiment (‘Experimento de Estudio Aviario’). Antes del trabajo de Pepperberg con Alex, la comunidad científica creía que los loros no eran inteligentes y solo podían usar palabras por imitación.
Sin embargo, los logros de Alex demostraron lo contrario. Alex podía identificar objetos, reconocer cantidades, distinguir colores y formas, entender conceptos como más grande, más pequeño, mismo y diferente. Además, tenía un vocabulario de aproximadamente 150 palabras y podía utilizarlas de manera creativa.
Los logros de Alex
Según Pepperberg, Alex tenía la inteligencia de un niño de cinco años y su nivel emocional era similar al de un niño de dos años. A través de pruebas de investigación, Alex respondía correctamente a preguntas aproximadamente el 80% de las veces. También se demostró que Alex comprendía conceptos abstractos como el cero y podía identificar fonemas ingleses.
La muerte de Alex fue totalmente inesperada, ya que la vida promedio de un loro gris africano es de unos cincuenta años. Se cree que su muerte fue causada por un evento catastrófico asociado con la arteriosclerosis. A pesar de su pérdida, la investigación continúa en el laboratorio de Pepperberg, aunque ninguna de las aves restantes tiene habilidades similares a las de Alex.
Críticas y controversias
Algunos científicos son escépticos con las conclusiones de Pepperberg y sugieren que el lenguaje utilizado por Alex podría ser resultado de condicionamiento operante. Comparan el caso de Alex con el de Clever Hans, un caballo que aparentemente podía contar pero que en realidad respondía a señales sutiles de su entrenador. Otro caso mencionado es el de Nim Chimpsky, un chimpancé que supuestamente sabía hablar pero que algunos creen que solo imitaba a su profesor.
A pesar de las críticas, los logros de Alex han sido reconocidos por la comunidad científica y han abierto nuevas puertas en el estudio de la inteligencia animal. La investigación continua en busca de comprender mejor las capacidades cognitivas de los loros y otras aves.
El caso de Alex, el loro más inteligente del entorno, demuestra que los loros tienen habilidades cognitivas sorprendentes y pueden aprender a utilizar el lenguaje humano de manera creativa. A través de un experimento de treinta años, se demostró que los loros pueden comprender conceptos abstractos y responder a preguntas de manera correcta. A pesar de la controversia que rodea su caso, los logros de Alex han dejado una huella en la comunidad científica y continúan inspirando nuevas investigaciones en el campo de la inteligencia animal.
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