En el libro pájaros en la boca de Samanta Schweblin, se exploran situaciones en las que se ve alterada la lógica racional y los personajes responden de manera desobediente. Uno de los relatos más impactantes es el que da título al libro, donde un hombre presencia a su hija adolescente comiendo pájaros vivos. Este episodio desafía su credulidad y plantea la pregunta de cómo reaccionar ante algo tan inusual.
El poder de lo absurdo
En varios de los relatos de pájaros en la boca, se plantea la pregunta ¿qué pasaría si...? y se explora la alienación del ser humano en la sociedad actual de una manera absurda. Por ejemplo, en uno de los relatos, un hombre se encuentra a otro cavando un pozo sin razón aparente. Esta imagen, aunque inusual, se convierte en una ocurrencia sin mayor trascendencia. Los personajes no experimentan una evolución incómoda o destructiva, y los textos se mantienen en la marginalidad de lo dramático.
La anomalía kafkiana, que se caracteriza por desafiar la lógica y convertir a sus víctimas en cómplices desde adentro, no se desarrolla completamente en estos relatos. Los personajes no se ven desafiados a enfrentar la fisura entre la realidad y lo absurdo, lo que podría haber llevado a una reflexión más profunda sobre la naturaleza humana. En cambio, la pesquisa en torno de la conducta humana se queda en lo superficial, sin explorar las consecuencias profundas de la anomalía.
El oportunismo literario
El estilo de Schweblin se asemeja al de autores como Kafka y Buzzati, pero carece de la originalidad y audacia técnica necesaria para destacarse. La prosa de los relatos es pobre y pálida, y los finales sorpresivos se vuelven predecibles. Además, la perspectiva de lo vital que presenta la voz literaria es discordante y repetitiva, sin aportar nuevas ideas o reflexiones sobre la condición humana.
En lugar de arriesgarse a superar a los gigantes literarios que la influenciaron, Schweblin se conforma con imitarlos y no logra ofrecer una perspectiva nueva y original. Las ficciones de pájaros en la boca se quedan en la seguridad de lo conocido, sin explorar nuevas distancias o desafiar al lector.
Aunque pájaros en la boca presenta situaciones absurdas y desafiantes, no logra ir más allá de lo superficial y repetitivo. Los relatos no exploran las consecuencias profundas de la anomalía ni ofrecen una perspectiva original sobre la condición humana. La prosa carece de audacia y originalidad, y los finales sorpresivos se vuelven predecibles. En definitiva, pájaros en la boca no logra destacarse como una obra literaria trascendente.
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