El pichón de aves es un plato típico de la región de Tierra de Campos, en Castilla y León, que ha conquistado los paladares más exigentes. En este artículo, te contaremos todo sobre esta exquisitez culinaria y su historia.
¿Qué es un pichón?
El pichón es la cría de la paloma, específicamente de la tórtola bravía. Se caracteriza por su peso ligero, que no suele superar los 500 gramos. Debido a su juventud, la carne del pichón es muy tierna y jugosa, especialmente si tiene la piel blanca en lugar de roja. Su sabor es exquisito y su textura suave, lo cual lo convierte en uno de los platos más demandados en los mejores restaurantes.
La alimentación de la tórtola durante su crianza es fundamental para el sabor y la calidad de la carne del pichón. Las crías son alimentadas con una sustancia conocida como leche de paloma, que proviene del buche de la madre. Cuanto más pequeño es el pichón, más tierna es su carne. Los mejores ejemplares son aquellos que tienen el pico y las alas blancos y flexibles.
Características del pichón
El pichón es un ave pequeña, con plumones suaves y amarillos. Por lo general, se sacrifica antes de cumplir el mes de edad, cuando su peso ronda los 500 gramos. La cría de pichones se lleva a cabo en los columbarios, que son construcciones de adobe con pequeños nidos en las paredes donde las palomas ponen sus huevos.
La carne del pichón es magra y fácil de digerir. Tiene un color rojo intenso debido a la presencia de mioglobina, una proteína que transporta oxígeno y permite el funcionamiento de los músculos. Además de ser una fuente de proteínas, contiene vitaminas y minerales esenciales para una dieta equilibrada. La piel del pichón es gruesa, similar a la del pato, y si no se retira, aumenta el contenido graso de la carne.
Historia del pichón
En tiempos pasados, el consumo de pichón era exclusivo de reyes, nobles y clérigos. En España, solo los clérigos tenían permitido cazar pichones, y lo hacían subiendo a los campanarios de las iglesias y capturándolos con redes. Estas aves eran consideradas un manjar exquisito y se servían en las mesas más distinguidas del país.
Se dice que el pichón es carne de reyes debido a su popularidad entre la monarquía española. Carlos I de España y V de Alemania, por ejemplo, desayunaba pichones diariamente en el Monasterio de Yuste, donde pasó sus últimos días. Sin embargo, el consumo de pichón se extendió a las clases populares después de la Revolución Francesa y se mantuvo hasta mediados del siglo XX, cuando la carne de pollo se volvió más accesible.
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